Consejos sobre cómo hidratar a los más pequeños
Los más pequeños son los que más disfrutan de la playa o de la piscina. Ellos se lo pasan en grande chapoteando en el agua, jugando en la arena o correteando por el campo. Pero no podemos olvidar que la piel de los niños es muy delicada y que necesita de unos cuidados muy específicos, sobre todo cuando está todo el día expuesta al sol y a otros agentes irritantes.
Todos sabemos lo importante que es proteger la piel de los niños del sol con las cremas adecuadas y los factores de protección más altos. No se trata de obligar al pequeño a estar todo el día a la sombra, sino dejar que juegue pero estando protegidos frente a los efectos dañinos del sol. Ya hemos hablado en este blog de lo importante que es que beban para mantenerse hidratados por dentro, lo que también repercute en su piel. Pero, ¿y la hidratación por fuera? ¿Es necesaria? ¿Cómo se realiza?
Vamos a dar respuesta a todas estas preguntas. Para empezar, la hidratación por fuera es muy necesaria y muy importante. Al hidratarnos por dentro actuamos sobre la piel desde las capas más profundas garantizando que pueda renovarse y cumplir su ciclo. Pero las cremas y bálsamos hidratantes que se aplican en la capa más externa de la piel son las que actúan directamente sobre las zonas que más sufren las agresiones externas, como el sol o el cloro.
La hidratación desde el interior
Beber agua es siempre muy importante pero más con el calor. Pero los niños juegan y suelen olvidarse incluso de que tienen hambre y sed cuando están muy entretenidos. Por eso, debemos de preocuparnos los adultos de que tomen suficientes líquidos.
Un error común es darle a los niños refrescos o zumos porque así beben más y mejor. Pero con estos productos les estamos dando una gran cantidad de azúcares que no son nada beneficiosos para su dieta y, además, estamos acostumbrando su paladar a sabores muy dulces que harán que luego rechacen los sabores más naturales. Por no habla de las calorías vacías que les proporcionamos.
Por eso, lo mejor es que los niños beban agua pura,sin ningún añadido químico y sin azúcares. Y, si se les quiere dar fruta, se haga dándoles la fruta entera para que aprovechen toda su fibra. Si no se altera el sentido del gusto del niño este no tendrá problemas en beber el agua, pero si se le acostumbra a los refrescos el sabor dulce tan adictivo hará que no quieran otra cosa.
Si el niño se baña en la piscina o en el mar es importante proteger su piel con una ducha inmediatamente posterior, muy corta y sin jabones, que elimine todos los restos de cloro o de salitre. Y esto puede hacerse tras cada baño aplicando a continuación la crema protectora. Si la crema es de calidad, aportará protección e hidratación al niño.
La hidratación desde el exterior
El uso de cremas hidratantes es muy importante. No solo van a reparar la piel dañada durante el día, también van a crear una capa protectora para evitar que las agresiones que se puedan continuar produciendo puedan tener una gran incidencia en la piel del pequeño.
Esta doble acción protectora y reparadora hace que la piel del niño pueda estar sana y bonita. Pero, sobre todo, estará saludable ya que el niño no va a sentir picores y se minimizan los riesgos de infección ya que las irritaciones en la piel, si no se tratan, pueden acabar convirtiéndose en pequeñas heridas, producidas al rascarse, a través de las cuales podrían penetrar bacterias.
Una buena rutina diaria tras los días de verano es llegar a casa y ducharse con agua y un jabón suave que proteja su piel y la hidrate. A continuación, se aplica una crema hidratante reparadora para que actúe durante toda la noche. Mientras el niño duerme, la crema se ocupará de cuidar su piel y mantenerla suave, y bien hidratada.
La hidratación de las pieles atópicas
Las pieles atópicas son muy frecuentes en niños pequeños. Con el paso de los años, la piel va adquiriendo defensas y muchos de los niños que padecían este problema durante su etapa de bebés o su primera infancia dejan de tenerlo al crecer. En verano, el salitre, el sol y, sobre todo, el cloro de las piscinas, pueden agravar los problemas de la piel atópica.
Por este motivo se recomienda utilizar una crema específica para el tratamiento de las pieles atópicas que no solo les proporcionen hidratación, sino también un cierto alivio a los picores y escozores característicos de este tipo de pieles.
La labor de la crema hidratante es muy importante, pero si no se utiliza un gel de ducha adecuado para pieles atópicas estos cuidados no valdrán de nada o sus efectos serán mínimos. Estos geles, respetuosos con las pieles más sensibles, ayudarán a que la piel de los niños se mantenga hidratada y cuidada. Estos productos también se encuentran en textura aceite para ofrecer una mayor nutrición a aquellas pieles más secas.